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Museo del chocolate

Tipo de caché: Tradicional

Fecha de escondido: 7 de junio de 2020

Descripción del geocaché:

CASA MUSEO

FÁBRICA DE CHOCOLATE

Más de cinco siglos deleitando en Europa

La primera referencia que se conoce del chocolate es del año 1502, cuando un jefe indígena ofrece a Cristobal Colón unas bayas de cacao como moneda de cambio; pero no es hasta 1520 cuando Hernán Cortés lo introduce en España, donde se modifica añadiendo azúcar.

El primer chocolate de Europa se elabora en el Monasterio de Piedra (Zaragoza), desde donde se fue extendiendo primero entre el clero, utilizándolo como elemento curativo, y luego en las recepciones reales y entre el pueblo.

Durante mucho tiempo, la bebida fue exclusiva de España, conquistando el resto de Europa en el siglo XVII gracias a la union real entre Luis XVIII y la española Anne de Austria (1615).

En 1659 se abre la primera fábrica de chocolate en París, y en 1674 se crean las primeras tabletas de chocolate en Inglaterra.

El chocolate, como placer y alimento, tuvo excelentes aliados en Teimende. La familia Casares fue pionera en el siglo XX

La historia de esta fábrica tradicional comienza en los años 30, cuando Arturo Casares abrió las puertas de la artesanía del chocolate, movido por la atracción que le suscitaban las iniciativas novedosas. En principio, se hizo con material de segunda mano, procedente de una vieja fábrica, que luego fue actualizando.

Una enfermedad invalidante, declarada en plena juventud -apenas traspasada la treintena-, hizo que fuese su hijo Ricardo, todavía niño, quien tomase las riendas bajo la supervisión de su padre, asumiendo toda la responsabilidad del proceso y de la tutela familiar (padres y seis hermanos).

Ricardo, quien heredó de su padre la inquietud por el progreso, adquirió un nuevo local y modernizo la fábrica, dando entrada al automatismo con maquinaria movida por electricidad.

Seguramente, llevados tambien por esa innata curiosidad y ansia de saber, Arturo y Ricardo Casares en aquellos tiempos hacían humildes inversiones en bolsa, procedentes de sus escasos ahorros y recibian los periodicos desde Madrid.

Desgraciadamente, en los años 80 del siglo XX esta fábrica se vio obligada a cerrar debido a que las multinacionales introdujeron los sucedáneos de cacao, lo que derivo en un abaratamiento de los precios del chocolate y la consecuente disminución en las ventas del chocolate artesanal y puro, el único que se podía fabricar con esta maquinaria.

El patrimonio recuperado lo encuentras en esta exposición

Ya huele a chocolate, ¿lo notas?

El proceso de fabricación delchocolate empieza con la tostadora, en cuyo tambor se introducía el grano de cacao y que permanecía cerrado durante todo el proceso. El tambor se iba rotando de forma que se conseguía que los granos de cacao no se quemaran, pero que obtuviesen la temperatura óptima para que se separase fácilmente el grano de su cáscara.

Los granos recogidos se introducen en la descascadora, que separaba los granos de la cáscara. Tiene dos partes bien diferenciadas:

  • La delantera, donde salían los granos aptos para seguir el proceso
  • La trasera, en la que se recogían las cáscaras sueltas y los granos defectuosos

En el molino se trituraban los granos hasta hacerlos muy pequeños. Después se hacía al molino trabajar en caliente, con lo que la molienda pasaba de sólida a líquida, saliendo al exterior por un conducto desde el que se recogía en diversos recipientes de metal.

Lo obtenido era cacao líquido puro, que no se podía consumir, por lo que era necesario introducirlo en la mezcladora, donde se combinaba con las proporciones adecuadas de harina, azúcar, manteca de cacao y lecitina, incorporándose también elementos más innovadores, como la vainilla o los cacahuetes. Esta máquina también operaba en caliente, ya que era de vital importancia que los elementos se mezclasen de forma homogénea, dando como resultado una masa de textura áspera.

Para eliminar dicha textura, se introducía la mezcla en una refinadora, que consta de dos rodillos por los que se va passando la mezcla para suavizarla; la textura final dependía del número de pasadas que se daban y ésta debía ser adecuada para cada tipo de chocolate. A continuación, la masa se iba dividiendo en pequeños fragmentos, que se pasaban por la bascula donde se les daba el peso que les correspondía en función de la categoría en la que iban a ser comercializadas. Con el peso adecuado, la masa líquieda era extendida sobre moldes, que estaban troquelados con el nombre de la empresa: Chocolates Caldelas.

Para que el chocolate cuajase de la forma adecuada en los moldes, éstos eran introducidos en la tableteadora, que contaba con vibración producida por un motor. Cuando todas las onzas se encontraban uniformes, los moldes se colocaban uno sobre otro de forma perpendicular, para evitar que el chocolate sufriese algún desperfecto, y se introducían en un frigorífico industrial, donde permanecían entre cuatro y seis horas, en función del grosor de las tabletas. Una vez transcurrido este tiempo, se daba paso a la última fase del proceso, el empapelado de la mercancía, que se realizaba de forma totalmente manual.

Este último paso sufrió varios cambios, ya que en una primera fase el chocolate sólo se envolvía con un papel, siendo necesaria la introducción del papel de aluminio para evitar humedades. Con el paso del tiempo, se añadió un papel de celofán, con lo que se protegía el envoltorio original y se perfeccionaba la conservación del producto, además de su imagen.

Tras esto era necesaria su distribución, que en los inicios de la fábrica se realizaba a caballo, y a medida que se iba prosperando se realizaba en moto; siendo en los años sesenta cuando se adquiere una furgoneta, ya que se repartía por casi toda la provincia. También se realizaban campañas de marketing con vales de regalo dentro de cada tableta, que podían ser canjeados por utensilios de cocina; otro medio de promoción era el patrocinio de las fiestas locales.