Tipo de caché: Letterbox
Fecha de escondido: 12 de septiembre de 2020
Descripción del geocaché:
Cuenta la leyenda que en estas tierras de la Costa da Morte habitaba un cazador, de nombre Xulián, que acabó siendo santo, pero no se sabe muy bien el porqué… Pues os lo vamos a contar.
Xulián (o Xián, como le llamaban sus conocidos) vivía en el monte en una casa que se construyó él mismo con las piedras que robaba por los muros de los vecinos. Era el mejor cazador de la zona y a él acudían todas las viudas de la zona para pedirle piezas de caza para poder alimentar a sus hijos. Xulián, como buen cazador que era, siempre tenía piezas de caza de sobra para sus vecinos y las regalaba gustosamente. A cambio solo pedía que le hicieran algo de compañía de vez en cuando.
Esta gran bondad hacia sus vecinos fue la causante de que alguien lo propusiera para ser santo y ahí está…
Lo que nadie conocía de Xulián era que tenía muy mala vista. Fue de las primeras personas en la zona en utilizar gafas. Eso sí, sólo las utilizaba para cazar y a escondidas de todo el mundo. No quería que nadie supiera que necesitaba gafas para poder cazar. Cuando murió, fue enterrado con todas sus pertenencias, excepto las gafas, que nadie sabía ni que existían.
El párroco de aquel entonces, que sabía de su existencia, las guardó y nunca se volvió a saber más de ellas, hasta que, en el momento de canonizar a Xulián, se acordó de ellas. Las guardó en la sacristía de la iglesia de Brantuas, pensando que allí nadie intentaría robarlas, pero cuando unos años más tardes hicieron una remodelación en la iglesia, las sacó de allí y las escondió en el monte.
Antes de poder reponerlas, el bueno del párroco falleció por causas aún hoy desconocidas. Cuentan las malas lenguas que fue el marido de una feligresa que estaba muy contenta con el cura…
Lo único que sabemos hoy en día fue el relato que contó el cura antes de morir. Contó que cogió las gafas y salió de la iglesia. Una vez fuera, se dirigió hacia la derecha, ya que hacia la izquierda había mucha gente en el cementerio. Recordaba que se tuvo que meter a la izquierda en un cruce y que, justo antes de llegar a un lugar conocido como “A Pedreira” se metió por un camino que había también a la izquierda, hacia el monte. Dijo que había caminado unos 40 metros por dicho camino hasta que encontró un muro y escondió en él la reliquia. Al parecer dejó marcado el lugar exacto con una cruz.
Hoy en día solo queda un pequeño testimonio de dichas gafas en forma de sello, escondido en el lugar en el que durante mucho tiempo estuvieron escondidas las gafas de San Xián!
El sello que hay en el contenedor no es material de intercambio. Por favor déjalo en su sitio para el siguiente.