Tipo de caché: Mystery
Fecha de escondido: 2 de noviembre de 2020
Descripción del geocaché:
El barrio que nació en torno al tren siempre supo mirar hacia el futuro
A Ponte, antes municipio independiente, es ya un símbolo dentro de la ciudad
El barrio de A Ponte retiene en sus rincones y callejuelas y en su memoria colectiva años de historia compartida con una ciudad y a su vez separada por el curso fluvial del Miño, uno de los santos de más devoción, con permiso de Santiago, en Ourense.
Como si de la canción del uruguayo Jorge Drexler se tratase hay una luz al otro lado del río, que no ha parado de brillar desde que el barrio en vez de barrio era municipio y en lugar de A Ponte recibía el nombre de Ponte Canedo. Corría el año 1944 cuando se formalizó su anexión a la ciudad.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces y lo que hoy es una próspera y populosa zona capitalina fue en el pasado un concello colindante, unido tan solo por el viejo puente romano que constituía la única vía de comunicación con Ourense.
Pero hablar de la historia de este barrio es hablar de muchas cosas que con el paso del tiempo han ido configurando la identidad y la impronta de un lugar con vida propia que ha evolucionado hasta alcanzar su fisonomía actual. La historia de A Ponte es la historia del ferrocarril, de la universidad y del termalismo.
Allí fue en donde los ourensanos escucharon por primera vez el traqueteo de una reluciente locomotora Fluton, que llegaba a Ourense un 31 de marzo de 1881 para inaugurar la línea ferroviaria que dejaba un poco más cerca los 131 km hasta Vigo.
En su día, los pontinos fueron también pioneros en conocer los primeros atisbos de lo que posteriormente sería el tan esperado Campus de Ourense. En el barrio se crearía la escuela universitaria del Profesorado que cuenta todavía, en nuestros días, con edificios emblemáticos como su mercado o las casas de cantería que fueron levantando los comerciantes castellanos que se asentaron en la ciudad, y que protagonizaron su dinamismo y expansión.
El termalismo es otro de los pilares que sustentan el desarrollo de A Ponte. La rehabilitación de zonas turísticas y de recreo como A Chavasqueira en las riberas del Miño o la proliferación de nuevos puentes que daban salida a los focos de crecimiento del barrio y, al mismo tiempo, lo vinculaban cada vez más con la ciudad le han otorgado la condición, junto con As Burgas, de enclave termal por excelencia.
Estos son tan solo retazos de la vida local de un barrio en expansión que no ha dejado de crecer. Una historia contada desde el otro lado del río.
El puente romano, vínculo entre el ayer y el mañana de Ourense
Si hubiese que destacar un monumento de todos los que hay en el barrio, ese sería A Ponte Vella.
Corría el año 100 de nuestra era cuando, en tiempos de Trajano, se levantó la silueta más majestuosa de puente romano de cuantos se conservan hoy en Galicia. Más tarde sería reconstruido en el año 1228 por el obispo Don Lorenzo para facilitar el paso de los peregrinos a Compostela. Tuvo castillo, cadenas e incluso rampas. Hoy sigue siendo una de las joyas que, con más orgullo, conservan los ourensanos.
En torno a él y al río que le dio la razón de ser se construyó la «ciudad del oro» o lo que Cunqueiro dio en llamar, tiempo después, «el dorado país de Ourense».
Las piedras vetustas que lo componen, algunas de ellas recuerdos hieráticos del original, son en nuestros días el nexo de unión entre la historia y la modernidad de una ciudad que nació y creció sobre las aguas del gran río de los gallegos.
La plaza de abastos del barrio
Una de las últimas inauguraciones del barrio fue la remodelada plaza de abastos, aunque diversos problemas, en los que no nos queremos meter, han hecho que siga completamente vacía